Crónica: Armando Juárez mató a un policía y le dan cadena perpetua

• Armando Juárez, de 31 años, fue condenado a cadena perpetua por haber asesinado al policía Rogelio Santander en Texas afuera de un Home Depot.
• Santander, del Departamento de Policía de Dallas, acudió al reporte de un robo y fue recibido a balazos.
• «Estoy satisfecha… te vas a pudrir en prisión», dijo la policía Crystal Almeida y quien también cayó herida por Juárez.

Armando Juárez estaba acusado de

matar a un policía y por ese delito ahora pasará el resto de su vida en una cárcel de Texas.

Juárez, de 31 años, mató a balazos a un oficial del Departamento de Policía de Dallas (DPD, por sus siglas en inglés), en el norte de Texas, y estaba acusado de homicidio capital de un servidor público. Además hirió a otros dos agentes.

El hombre enfrentaba la posibilidad de ser ejecutado por ese delito ya que de acuerdo al Código Penal del Estado de Texas ese crimen se castiga con la pena de muerte.

Sin embargo, en su audiencia del viernes 15 de enero del 2021 Armando Juárez se declaró culpable ante el juez de todos los delitos que se le imputaban en su contra.

La Fiscalía del Condado de Dallas, que buscaba condenarlo a pena de muerte, aceptó la declaración de culpabilidad de Juárez como un acto en el que hombre mostraba arrepentimiento y negoció con sus abogados.

El arreglo al que llegaron acusadores y defensores fue que Armando Juárez enfrentara la sentencia de cadena perpetua sin derecho a salir bajo buena conducta. El juez también aceptó el trato.

La crónica que sigue a continuación está contenida en los documentos legales del caso consultados por MundoHispánico y narran la historia de un absurdo tiroteo que comenzó en un Home Depot.

El martes 24 de abril de 2018, el policía Scott Painter llamó a las 4:00 de la tarde al número de emergencias para pedir apoyo pues estaba tratando de detener a una persona armada adentro de la tienda.

Painter era agente de policía del Departamento de Tránsito Rápido de Dallas (DART, por sus siglas en inglés) y estaba trabajando como guardia encubierto en su tiempo libre, en el departamento de pérdida de mercancía del Home Depot.

Los primeros agentes del DPD en responder a la escena en el Home Depot, ubicado en el 11600 Forest Central Drive en el vecindario Lake Highlands, fueron los patrulleros Rogelio Santander, de 27 años, y Crystal Almeida, de 26 años.

De manera coincidente Santander y Almeida no solo eran patrulleros asignados a la Subdivisión del Norte para custodiar esa zona de Dallas sino que también eran grandes amigos desde la academia de policía.

Santander y Almeida entraron corriendo al Home Depot para asistir a Painter, quien les advirtió de la ubicación adentro de la tienda del hombre armado y quien, presuntamente pensaba cometer un robo.

La coordinación de los tres agentes no alcanzó para detener al sospechoso que, de alguna manera, salió corriendo para esconderse en un negocio cercano y luego los emboscó cuando lo perseguían.

Santander quedó tirado en el piso con un balazo en la cabeza. Painter también quedó malherido e inconsciente mientras el caos reinaba adentro y afuera del Home Depot con clientes corriendo.

La oficial Crystal Almeida, pese a sus heridas muy graves, tomó el radio portátil y lanzó la clave de emergencia de que había oficiales de policía heridos a balazos. Luego se desvaneció.

Mientras tanto, el sospechoso escapó de la escena en una camioneta blanca. Decenas de patrullas y oficiales de distintas corporaciones, incluso agentes federales, se lanzaron al Home Depot a toda velocidad para asistir a sus compañeros.

Paramédicos del Departamento de Bomberos de Dallas transportaron a Santander, Almeida y Painter al hospital Texas Health Presbyterian. Entonces se desató una verdadera cacería para dar con el responsable de herir a los oficiales.

El DPD en cuestión de minutos, gracias a los videos de las cámaras de seguridad del Home Depot, tenía imágenes del presunto responsable de haber disparado a los policías y de la camioneta en la que había escapado.

Por medio de un mensaje de Twitter el DPPD identificó públicamente a Armando Juárez como el presunto responsable de haber lesionado a los agentes. Para entonces, una hora después del tiroteo, Rogelio Santander ya había muerto.

A las 9:00 de la noche por la Lemmon Avenue, cerca del Aeropuerto Dallas Love Field, un patrullero del DPD identificó a la camioneta de Juárez y pidió apoyo para poder detenerlo ya que el hombre estaba armado.

En minutos la camioneta en la que iba Armando Juárez estuvo rodeada por decenas de policías armados quienes le cerraron el paso y le exigieron que se rindiera. El hombre no tuvo más opción que entregarse a las autoridades.

Desde entonces Juárez estaba en la cárcel del Condado de Dallas enfrentando su juicio por homicidio capital y el cual se retrasó por la pandemia del coronavirus. El epílogo llegó el viernes 15 de enero cuando fue sentenciado.

En la sala de la audiencia, antes de que el juez leyera su sentencia, la oficial Crystal Almeida pidió al magistrado leer unas palabras para que las escuchara el acusado. El juez le permitió ese derecho y anexó la carta a los documentos legales.

«Aquel día perdí a mi mejor amigo y lo voy a recordar para siempre… por todo eso ya no podré nunca ser la policía que yo era. Esperaba que te condenaran a la pena de muerte, pero estoy satisfecha porque te vas a pudrir en prisión» le dijo Almeida a Juárez.

Armando Juárez, al momento de escribir esta historia, todavía estaba en la cárcel del Condado de Dallas esperando ser trasladado a la prisión del Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ, por sus siglas en inglés) en la que vivirá el resto de su vida.

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