Cómo evitar que se congelen las tuberías y minimizar el daño si llegaran a congelarse
Para evitar el congelamiento:
Sella las grietas
Antes del invierno, lo ideal es realizar una inspección minuciosa de toda la casa, pues de esta manera encontrarás con mayor facilidad todos los agujeros o grietas por los cuales pueda filtrarse el agua y llegar hasta tus tuberías. Los expertos aseguran que los lugares principales en los que debes de sellar las grietas son alrededor de las ventanas y marcos de las puertas, además de buscar cualquier orificio en los cimientos de la casa.
Instala el aislamiento de tuberías
Una de las mejores maneras de proteger las tuberías es recubriéndolas con material de aislamiento especializado, el cual ha sido diseñado especialmente para proteger a este tipo de instalaciones de las gélidas temperaturas invernales; entre sus ventajas se encuentra, además, su precio relativamente accesible. Sin duda, es una inversión que rendirá grandes frutos, pues evitará que el congelamiento de las pipas derive en la ruptura de las mismas o en filtraciones que ocasionen pérdidas económicas de cientos o miles de dólares. Los lugares recomendados para colocar el material aislante son las tuberías que se encuentran en áticos, sótanos y garajes.
Aplica calefacción eléctrica en las tuberías
Existe una cinta de calefacción térmica que es posible aplicar directamente a las tuberías para garantizar que estas conserven su calor, especialmente en el exterior de las casas, así como en los áticos o sótanos, dos de los lugares a los que no suele llegar el calor del termostato. Dependiendo de las necesidades propias del hogar, podrás conseguir una cinta manual o con sensor; esta última está programada para actuar de manera automática en caso de que detecte una baja anormal de temperatura que pueda afectar el estado de las tuberías.
Mantén una temperatura constante
Durante el invierno, es primordial mantener una temperatura constante en el interior de las casas, especialmente si estas no están siendo ocupadas, ya que hacerlo ayudará a mantener el calor en cada rincón del hogar y, así, evitar el congelamiento de las tuberías. No se trata de generar una temperatura demasiado alta; de hecho, para garantizar el buen estado de las tuberías basta con programar el termostato para que este genere, al menos, 55 grados Fahrenheit (o 12 grados Celsius).
Para minimizar los daños:
Deja correr el agua de la llave
Durante el invierno, especialmente si no tuviste la oportunidad de realizar los preparativos correspondientes para proteger las tuberías, es posible que estas presenten pequeños tramos congelados, pero estos son posibles de revertir en poco tiempo. Los expertos en plomería, que han visto casos similares durante el invierno, recomiendan dejar la llave abierta ayudarán a que el agua corra y despeje el tramo que ha presentado congelación de manera más rápida.
Aplica calor a la sección que se ha congelado
Al mismo tiempo que dejas la llave del agua abierta, intenta detectar exactamente cuál es el tramo que se ha congelado, para que apliques calor en él cuanto antes y se restablezca el flujo habitual. La recomendación es aplicar calor por medio de una cinta de calefacción eléctrica; en este caso, lo ideal será aplicarla de manera manual, ya que la programación automática únicamente servirá para ayudar a prevenir la congelación de las tuberías.
Contacta a un plomero experimentado
Dadas las dimensiones y longitud de las tuberías, en ocasiones es complicado detectar de manera rápida dónde es que se encuentra el tramo congelado, lo que incrementará el riesgo de mayores daños. Con equipo especializado y amplia experiencia, un plomero certificado será capaz de detectar cualquier tramo congelado en las tuberías y resolver el problema en cuestión de horas.