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Trump quería desplegar 10 mil soldados para controlar protestas por George Floyd

El presidente Donald Trump quería desplegar 10 mil soldados para controlar las protestas por el crimen de George Floyd en Washington.
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  • Fuentes del gobierno revelaron el plan de Trump para frenar las protestas por George Floyd.
  • El presidente Trump habría discutido con uno de sus asesores por no querer sacar a 10 mil soldados a las calles para aplacar las protestas por George Floyd.
  • El asesinato de George Floyd ha desatado protestas en Estados Unidos y otros países, mientras Trump sigue en la carrera por el segundo mandato presidencial.

El presidente Donald Trump quería desplegar 10 mil soldados para controlar las protestas por el crimen de George Floyd en Washington esta semana, según revelaron funcionarios familiarizados con el asunto, informaron el Washington Post y CBS News.

De acuerdo con un alto funcionario del Pentágono, el procurador general Bill Barr, el secretario de Defensa Mark Esper y el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, desaconsejaron el despliegue militar en una reunión en la oficina oval el lunes, indicó The Hill en la noche de este sábado.

“Necesitamos controlar las calles. Necesitamos 10,000 soldados aquí (en Washington). Lo quiero ahora mismo”, dijo Trump, según el funcionario del Pentágono, informó el Post.

Un alto funcionario del Departamento de Defensa (DoD en inglés) le dijo a CBS News que además de solicitar el despliegue de las tropas, Trump le gritó a Esper por manifestar su desacuerdo cuando el secretario se opuso al uso de la Ley de Insurrección.

Trump protestas George FloydLa legislación del siglo XIX permitiría al presidente desplegar el ejército de los Estados Unidos en todo el país para aplicar la ley en las localidades.

El presidente Trump dijo anteriormente que estaba considerando invocar esa acta para sofocar las protestas en todo el país debido a la muerte de George Floyd, un afroamericano desarmado que murió bajo custodia policial en Minneapolis el 25 de mayo.

Luego, Esper anunció el miércoles que no apoyaba el uso de la legislación en una aparente ruptura con el presidente Trump.

La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de The Hill.

Varios legisladores también han criticado al presidente Trump por su respuesta a las protestas después del lunes por la noche, cuando fuerzas del orden federales eliminaron una multitud de protestas pacíficas en la Plaza Lafayette, cerca de la Casa Blanca, con el uso de gases lacrimógenos, bastones policiales y otros métodos de fuerza.

El exsecretario de Defensa James Mattis escribió una declaración cortante en The Atlantic esta semana ofreciendo una reprimenda abrasadora del manejo de Trump de las protestas del lunes por la noche en Washington y en otras partes de la nación.

La senadora Lisa Murkowski (republicana de Alaska), uno de los miembros más moderados del caucus, reprendió duramente el jueves al presidente elogiando la crítica de Mattis, calificándola de «verdadera, honesta, necesaria y atrasada».

Murkowski dijo a los periodistas el jueves que estaba “batallando” para ver si podía apoyar a Trump, quien poco después también la criticó.

Washington retumba con la mayor protesta desde la muerte de George Floyd

Al grito de «Black Lives Matter» (Las vidas negras importan), miles de personas hicieron este sábado retumbar la capital de Estados Unidos con la mayor protesta por la justicia racial desde el asesinato el 25 de mayo del afroamericano George Floyd, que fue asfixiado por un policía blanco.

Las protestas comenzaron a las 12.00 hora local y se desparramaron por toda la ciudad: unas dos mil personas se concentraron alrededor del Congreso y otras mil lo hicieron en el Monumento a Lincoln para, luego, como si fueran ríos, confluir en la Casa Blanca.

Allí, un enorme mar de gente entonó cánticos durante horas para pedir cambios estructurales que acaben con la violencia contra los afroamericanos, que en Estados Unidos tienen tres veces más probabilidades de morir a manos de la policía que los blancos, según datos del grupo Mapping Police Violence.

Un día para los libros de historia

Sentados en la acera frente a la mansión presidencial, estaba la familia del afroamericano Lamar Hacelton, que había decido traer a sus cuatro hijas a la protesta para mostrarles lo que cree que un día llenará los libros de historia.

«Un día leerán esto como si fuera historia, pero es importante que tengan la experiencia de estar aquí (…) Quiero que aprendan que es importante que aprendan a defenderse, por su raza y por otra gente que tiene menos suerte. Por eso estamos aquí, para que las niñas vean cómo se hace la historia», explicó a Efe.

Una de sus hijas, Alexia, de 11 años, llevaba una pancarta con estrellas plateadas y con las letras del lema «Black Lives Matter» que ella misma había dibujado y pintado.

«Esto significa que la gente de mi color de piel y que son más oscuros, que su vida importa, no solo la vida de los blancos», explicó a Efe la pequeña, que espera que las manifestaciones de estos días ayuden a mejorar el mundo para que no sea «tan cruel y tan maleducado».

Menor presencia policial que otros días

Alrededor de la familia, los manifestantes desfilaban con los puños en alto en presencia de un despliegue policial mucho menos numeroso que el de los últimos días.

Las fuerzas de seguridad han recibido numerosas críticas porque el lunes dispersaron con gases lacrimógenos y lanzaron pelotas de goma contra una protesta pacífica solo para que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pudiera cruzar el parque frente a la Casa Blanca y hacerse una foto en una iglesia.

Este sábado, los agentes estaban en pequeños grupos con una actitud relajada y no llevaban ni cascos ni chalecos antibalas.

El viernes, el Pentágono ya había pedido a los reservistas de la Guardia Nacional que no portasen armas ni municiones y, además, ordenó el repliegue de los 1,600 militares que habían sido movilizados.

Asimismo, los agentes han cortado el tráfico desde las 6.00 hora local y hasta la medianoche en buena parte del centro de Washington, cuyos comercios permanecen tapiados con paneles de madera.

Los manifestantes quieren llegar al millón

El objetivo de los manifestantes es sacar a la calle a un millón de personas, el número que se alcanzó en enero de 2017 con la «Marcha de las Mujeres».

Sin embargo, a falta de cifras oficiales, la mayoría de medios estadounidenses afirma que hay miles o decenas de miles de asistentes.

Esta semana el jefe de policía municipal de Washington, Peter Newsham, estimó que acudirían a la ciudad algo menos de un millón de personas; mientras que el secretario del Ejército, Ryan McCarthy, el viernes dijo a la prensa que sus cálculos son entre 100.000 y 200.000 manifestantes.

Frente al calor y la humedad, varias iglesias y teatros han abiertos sus puertas a los activistas que necesitan usar el baño, descansar, comer algo o cargar sus teléfonos.

Entre los establecimientos que participan en esta iniciativa figuran el club «9:30», donde se organizan conciertos, y la Iglesia Presbiteriana de la Avenida de Nueva York.

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