Texas: Luis Cervantes asesinó a otro hombre y luego incendió el cadáver

• Homicidio capital: Luis Cervantes, de 19 años, está acusado de haber matado a Joseph Olguín, de 24 años, a quien ultimó a balazos, lo tiró a un contenedor de basura y luego le prendió fuego
• El muchacho enfrenta el cargo de homicidio capital, que en Texas es el único delito que se castiga con la pena de muerte.
• Por ahora el móvil del crimen es un misterio porque Cervantes no ha querido revelar por qué mató al otro muchacho.

Luis Joaquín Cervantes fue detenido en Houston, Texas, acusado del asesinato a balazos de Joseph Luis Olguín, al que también prendió fuego.

Cervantes, de 19 años, fue detenido por el Departamento de Policía de Houston (HPD, por sus siglas en inglés) por ser el presunto responsable del asesinato de Joseph Luis Olguín, de 24 años al momento de morir.

A Luis Cervantes lo acusan de homicidio capital,

que de acuerdo al Código Penal del Estado de Texas es el único delito que se castiga con la pena de muerte.

Sin embargo, Cervantes también enfrenta el cargo de uso autorizado de un vehículo, que en lenguaje llano significa robo de un auto y el cual presuntamente usó durante el tiempo en el que evadió a las autoridades.

La sucesión de eventos que terminaron con el arresto de Cervantes comenzó con una llamada de rutina al Departamento de Bomberos de Houston (HFD, por sus siglas en inglés).

A las 6:20 de la mañana del sábado 27 de junio, el número de emergencias del HFD recibió una llamada de un vecino alarmado, para que se presentaran a contener un fuego en un contenedor de basura.

El incendio se reportó en el callejón trasero de una farmacia CVS, en el 4750 de Irvington Boulevard, en el populoso vecindario hispano del Northside en el norte del área metropolitana de Houston.

Los bomberos llegaron al lugar y vieron que un contenedor de metal de basura estaba en llamas y toda la basura se estaba incendiando y con peligro de que el incendio se propagase a las casas y negocios vecinos.

Sin embargo, cuando los bomberos terminaron de contener las llamas notaron un hedor muy extraño proveniente del contenedor.

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Al acercarse al contenedor, los miembros del HFD descubrieron el cadáver quemado de una persona y pidieron la presencia de la División de Homicidios del HPD para que hicieran las investigaciones del caso.

Los bomberos aseguraron que mientras apagaban el fuego no escucharon gritos ni quejas, por lo que los agentes del HPD determinaron que la persona ya estaba muerta cuando se le prendió fuego.

En su investigación los agentes de la División de Homicidios pidieron a todos los negocios de la zona, en la intersección en la que ocurrió el incendio, que proporcionaran todos los videos de las cámaras de seguridad de sus negocios en las horas previas al reporte del incendio.

Los videos fueron la primera pieza para resolver el rompecabezas del extraño crimen que conmocionó al vecindario hispano pues las autoridades identificaron un carro, robado, que merodeó por la zona del incendio.

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Durante la autopsia que se le practicó al cadáver en el Instituto de Ciencias Forenses del Condado de Harris (IFS, por sus siglas en inglés), los médicos les confirmaron a los oficiales de la División de Homicidios que efectivamente la víctima ya estaba muerta cuando le prendieron fuego a su cadáver.

Hasta ese momento la víctima estaba sin identificar. Los médicos determinaron que el muchacho había muerto por varias heridas de bala que le habían hecho a corta distancia.

Días después una familia hispana del Northside se acercó al IFS con la esperanza de saber si uno de sus familiares, Joseph Luis Olguín, estaba en la morgue del lugar, pues el muchacho había desaparecido.

Por medio de pruebas forenses de ácido desoxirribonucleico (ADN) se pudo determinar el vínculo entre el muchacho muerto y la familia necesitada de respuestas.

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Cuando los agentes lograron identificar a la víctima como Joseph Luis Olguín lograron tener más piezas en el rompecabezas del crimen.

Que Olguín haya muerto asesinado a balazos fue la otra pieza del rompecabezas, porque los agentes recuperaron pruebas de balística que permitieron conectar al hoy occiso con su presunto asesino.

De acuerdo al reporte de los médicos forenses de Texas, Olguín tenía heridas de arma de fuego en la cabeza y la mano izquierda, las cuales, tal vez, se le hicieron cuando quiso cubrirse de los disparos.

Los agentes de la División de Homicidios del HPD entonces se concentraron en investigar el entorno personal, familiar y de amistades del muchacho muerto.

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Olguín, de acuerdo con los investigadores de Texas, era padre de una hija aunque no vivía con la madre de la pequeña, tenía dos hermanos.

El muchacho era muy querido por su familia y amigos quienes lo recuerdan por su carácter jovial, generoso, amante de los videojuegos, de la comida mexicana que preparaban sus tíos y de jugar baloncesto en una liga del Northside. Nada raro en su entorno.

A Olguín lo mataron tres días antes de su cumpleaños, el 30 de junio, lo que causó todavía más dolor entre sus familiares y amigos que ya le preparaban una fiesta.

Durante más de un mes los agentes entrevistaron a decenas de personas en el entorno de Olguín, hasta que alguien les dio una pista.

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Una fuente les dijo a los agentes de la División de Homicidios de Texas que Olguín había tenido rencillas con alguien llamado Luis.

Esa fue la cuarta pieza del rompecabezas, que llevó a los agentes del HPD a dar con el presunto asesino. Sin embargo, en los documentos legales del caso, no se detalla qué originó las rencillas entre el muchacho muerto y su presunto asesino.

Finalmente el 27 de agosto, dos meses exactos desde que se descubrió el cadáver, los agentes de la División de Homicidios del HPD detuvieron a Luis Joaquín Cervantes, acusado del homicidio a balazos de Joseph Luis Olguín.

Cervantes, de acuerdo a los documentos del caso, se acogió a su derecho a no declarar nada sino hasta que tuviera la presencia de un abogado.

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El muchacho además solicitó a la juez Ramona Franklin, de la Corte Criminal de Distrito 338 en el Condado de Harris en Texas, que el estado le proporcione ese abogado de oficio porque él no puede pagarse uno.

Luis Joaquín Cervantes enfrenta los cargos de homicidio capital, uso no autorizado de un vehículo y portación ilegal de arma de fuego.

Cuando lo detuvieron llevaba consigo la pistola con la que presuntamente mató a Joseph Luis Olguín, por algún motivo que no ha querido revelar.

Hasta el momento de escribir esta historia, la juez Franklin no ha determinado cuándo será la primera audiencia el caso.

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