Texas: Hispano admite un asesinato pero alega que fue legítima defensa
- En legítima defensa: Ángel Herrera, de 23 años, está acusado de haber matado a balazos a Guadalupe Salinas Jr., de 36 años, en Weslaco, Texas, una ciudad casi en la frontera con México.
- Ángel Herrera aseguró a las autoridades que efectivamente mató a Salinas Jr. pero fue porque el otro hombre lo quería matar primero y eso «no lo iba a permitir» dijo, aunque no aclaró por qué lo querían asesinar.
- A Ángel Herrera también lo acusan de portación ilegal de arma de fuego y posesión de drogas pues los agentes le encontraron al allanar su casa su casa dos pistolas, cocaína y marihuana.
Texas: Hispano admite un asesinato.
El hispano Ángel Herrera está acusado de haber asesinado a otro hombre en Texas pero alega que lo mató en legítima defensa.
Herrera, de 23 años, fue detenido por el Departamento de Policía de Weslaco (WPD, por sus siglas en inglés) acusado de haber matado a Guadalupe Salinas Jr., de 36 años al momento de morir, en un caótico incidente que terminó con el acusado parapetado en una casa para tratar de no ser capturado.
De acuerdo a los documentos del caso, consultados por MundoHispánico, Ángel Herrera admitió ante los agentes del WPD haber matado a Salinas Jr. pero les aseguró que lo hizo en legítima defensa porque el otro hombre tenía la intención de matarlo primero.
El lunes 8 de junio del 2020 agentes del WPD respondieron a una llamada de emergencia por disparos de arma de fuego que varios vecinos reportaron en la intersección de las calles 12th Street y Pleasentview Drive, en la pequeña ciudad de Weslaco, a las 12:06 de la tarde.
Weslaco es una pequeña ciudad en el sureste de Texas de poco más de 40,000 habitantes, casi todos hispanos, y que está a un par de millas de la frontera con México y vecina de ciudades como Brownsville yMcAllen.
Los primeros agentes del WPD que llegaron para atender el reporte del tiroteo encontraron a un hombre sentado frente al volante de un carro Mercury blanco ya muerto a balazos que, presuntamente, le habían hecho a corta distancia. Los vidrios del carro habían estallado por los balazos.
Hasta el día de hoy los agentes del WPD creen que el móvil del tiroteo estuvo relacionado con un desacuerdo en una compraventa de drogas. Salinas Jr. murió por disparos en el cuello, el pecho y el estómago.
Salinas Jr. estaba caído hacia su costado derecho, en dirección al asiento del pasajero, y cubierto con su propia sangre desde el cuello hasta la cintura.
Luego de que se encontró el cuerpo de Salinas Jr. los agentes del WPD montaron una operación en los alrededores de la esquina en la que se dio el tiroteo para buscar al presunto responsable pues, según algunos testigos, el presunto responsable había escapado corriendo del lugar.
A la búsqueda se sumaron agentes de otras corporaciones, como el Departamento de Seguridad Pública de Texas (TxDPS, por sus siglas en inglés) para cerrar las calles y avenidas en busca del responsable.
Incluso la preparatoria Weslaco East High School se cerró, como medida de protección para los pocos estudiantes que estaban adentro, y para que el fugitivo no intentara esconderse adentro.
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Los agentes rodearon las calles y revisaron cada callejón pero no podían dar con el hombre armado.
Entonces un testigo del vecindario, de quien no se revelará su nombre para evitar represalias, se acercó a los agentes y les aseguró que el tirador era un muchacho del barrio a quien no conocía de nombre pero les señaló en dónde vivía y que era justo en la misma calle en donde había ocurrido el tiroteo.
Además el testigo les dijo que el muchacho responsable era conocido entre los vecinos por cargar armas de fuego.
Con base a esa declaración los testigos rodearon la casa que les señaló el testigo y detectaron que había alguien adentro. Los oficiales del WPD, con apoyo del TxDPS, le ordenaron al morador que saliera. Sin embargo, la persona no les contestó.
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Entonces los oficiales solicitaron una orden de allanamiento a un juez local para poder entrar a la casa a buscar al presunto asesino.
Para que el joven no escapara los agentes cerraron todas las calles aledañas y desalojaron a los vecinos ante el temor de que se desatara una balacera.
Luego de un par de horas de espera los agentes recibieron la orden de allanamiento y entraron a la casa en donde no encontraron a Herrera pero sí dieron con armas y varias bolsas con marihuana.
Una de las pistolas que había en la casa coincidía con el arma con el que habían matado a Salinas Jr. horas antes.
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La búsqueda del hombre se volvió a activar por la zona aunque los agentes ya sabían la descripción y el nombre de la persona que buscaban.
A las 3:11 de la tarde de aquel lunes un gente que rondaba el vecindario atisbó a un muchacho por la calle, que coincidía con las características del hombre que buscaban, aunque ya llevaba otra ropa diferente a la que habían proporcionado en su declaración los testigos del tiroteo.
El muchacho al ver que el oficial lo observaba corrió a una casa. El agente entonces pidió apoyo de otros oficiales del WPD y TxDPS para ir por el joven.
La fuerza de agentes, con la orden de arresto que les había dado el juez, fue tras Herrera adentro de la casa y lo encontraron escondido en uno de los cuartos. El domicilio era de otras personas que no estaban en el lugar cuando los oficiales llegaron al lugar.
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De acuerdo a la investigación Herrera se metió a la casa por una ventana luego de que empujó hacia adentro la unidad de aire acondicionado. Al detener al muchacho los agentes le encontraron otra pistola semiautomática de calibre .09 milímetros.
Cuando Herrera ya estaba rodeado adentro del cuarto por agentes, y como tenía una pistola en la mano, los oficiales no esperaron y uno de los agentes le soltó una descarga con su pistola eléctrica para que se rindiera.
El muchacho al sentir la fuerza de la descarga eléctrica cayó en el piso y ya no pudo resistirse al arresto.
Los agentes lo detuvieron acusado del asesinato de Guadalupe Salinas Jr. Además, al llegar a la corte, le presentaron más cargos de posesión de drogas y posesión ilegal de arma de fuego.
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En la casa de Ángel Herrera los agentes encontraron 39 libras de marihuana en uno de los cuartos, además 12 gramos de cocaína y 4 gramos en polvo de Xanax, un antidepresivo que se vende sólo con receta médica, y que los muchachos llaman en las calles ‘bars’, más dos pistolas una de las cuales presuntamente había sido usada para matar a Salinas Jr.
Durante su primer interrogatorio Ángel Herrera les dijo a los agentes del WPD que efectivamente había matado a Salinas Jr. pero fue porque el hombre había llegado a su casa precisamente con la intención de matarlo y «eso no se lo iba a permitir, así que le disparé» dijo alegando su derecho a la legítima defensa que está contemplado en la ley de Texas.
Sin embargo, Herrera no aclaró por qué motivo Guadalupe Salinas Jr. tenía tanto interés en matarlo. Herrera ya está en la Cárcel del Condado de Hidalgo a la espera de su juicio en el que s determinará si efectivamente su alegato de legítima defensa es válido para ser exonerado de los cargos de asesinato.
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