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Joven inmigrante es la primera ‘soñadora’ en ser admitida a renombrado programa (VIDEO)

Conoce a la primera beneficiaria de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) aceptada para una maestría en la universidad John Hopkins.
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  • Una joven inmigrante es la primera soñadora admitida a programa famoso.
  • Conoce la historia de la guatemalteca Katherine Narváez.
  • La primera beneficiaria de DACA en ser aceptada para una maestría en la universidad John Hopkins.

Desde un rinconcito en Doraville lleno de libros y afiches que invitan a la prevención de drogas, la joven inmigrante Katherine Narváez cuenta su historia. Menuda, y con la mirada de quien no tiene nada que esconder, la joven guatemalteca organiza sus pensamientos con rapidez. Devuelve las ideas casi sin respirar. Apenas tiene 24 años, pero su madurez es la de alguien que ostenta por lo menos unos 35.

En ese espacio donde apenas puede moverse por la cantidad de textos que hay -y que es la oficina desde la que sirve a su comunidad inmigrante en la organización Cpacs- Narváez cuenta los días para abrazar uno de sus sueños. Esta joven inmigrante hace unos meses se convirtió en la primera beneficiaria de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) en ser aceptada para una maestría en la universidad privada del calibre de la John Hopkins, la entidad número uno en investigación en todo Estados Unidos.

“Me aceptaron para el programa de maestría en Ciencias Públicas y me concedieron una beca para pagar la colegiatura. Cuando fui a la orientación me di cuenta de que era la única latina. Eso me dio tristeza y a la misma vez, alegría. Porque a veces es muy difícil encontrar con quién identificarte cuando estás estudiando a ese nivel”, contó la joven a MundoHispánico.

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Este próximo mes de junio tendrá que viajar a Baltimore para emprender la nueva ruta. Y casi todo está listo, pero el camino para llegar hasta ahí, no ha sido fácil. Ensayos, exámenes, entrevistas… todo un reto que ha sumado más peso a su horario de trabajo de 40 horas semanales.

“Cuando yo hablaba a la universidad, les pedía por favor hablar con alguien que tuviera DACA para que me dijera cómo había sido su proceso de admisión y qué información tenía que llenar en ciertas aplicaciones. Ellos me decían: ´no hay, no tenemos a nadie. Nunca hemos tenido que pasar por esto, ni planificar para una persona que no tiene ciudadanía o residencia´”, narró la joven.

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Narváez explica que cuando le cedieron la beca, “se dieron cuenta que no podían mandarme a viajar a otros países para los cursos previos al grado”. “Fue un proceso de aprendizaje para ellos también. Ahora entienden más o menos, pero tuve que pasar por muchas entrevistas y explicarles incluso qué es DACA, cuáles son mis privilegios, y cuáles no, para que entendieran este estatus”, agregó.

Un estatus con el que esta joven inmigrante ha cargado toda su vida, porque como muchos inmigrantes, Narváez cruzó.

Apenas tendría seis años, pero recuerda el río Bravo y la fuerza con la que su mamá le tomó la mano para atravesar aquel desierto.

“Llegué a los seis años en el 2002 con mi mamá Isis Narváez, y mis dos hermanos. Cruzamos México y nos tardamos más de un año para llegar a EE.UU. No teníamos dinero suficiente para viajar cómodamente”, recordó.

Así que de iglesia en iglesia, de casa en casa y de pueblo en pueblo, la familia de Narváez emprendió su camino.

“Nos vinimos sin nada, pidiendo que nos dieran de comer en cada uno de esos lugares. Llegamos a Estados Unidos con una bolsa. No teníamos nada. Nada. Hasta que llegamos aquí a Doraville, y desde ahí, ya empecé a ver a mi madre y a mis hermanos trabajar y salir adelante”, narró la joven inmigrante.

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La adaptación tampoco fue fácil. “Mi mamá tuvo un montón de trabajos. Limpió casas y limpió en ferias. Hizo hasta de representante en el Ejército de Salvación con la campanita en la entrada de las tiendas. Eso fue crecer rápido”, reflexiona.

Doraville fue el primer destino de la joven inmigrante, y ha sido desde entonces el hogar de la ‘soñadora’. Un espacio al que siempre quiere regresar para ayudar a su comunidad, y donde justo encontró a su primera amiga en aquel entonces.

“Mi mejor amiga en ese tiempo era una vietnamita. No sabíamos nuestros idiomas, pero estábamos viviendo la misma situación, y entonces dibujábamos para poder comunicarnos. Ese fue mi primer paso para comenzar a adaptarme. Integrarme a mi comunidad”, detalla la joven inmigrante.

Para Narváez, Estados Unidos representaba la tierra de las oportunidades, sin embargo, con el paso del tiempo comenzó a darse cuenta de que las cosas no eran tan fáciles.

Pese a ello, el ejemplo de su mamá fue suficiente para buscar sus oportunidades.

“Si yo he visto a mi familia hacerlo, ¿cómo yo no lo voy a poder hacer? No quiero ser definida por ser ‘indocumentada’. Es bien importante para mí dejar un legado, ayudar a la gente y hacer una diferencia en este mundo”, manifestó.

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Narváez, que trabaja ofreciendo orientaciones y recursos a los más jóvenes para evitar el uso y abuso de las drogas y el alcohol, tiene un consejo para la comunidad.

“Si no llegas a cumplir tus metas, que no sea porque no quieres o porque ´no tienes papeles´. Lo único que te digo es, ¿cuán grande es tu deseo? ¿Qué tanto lo quieres? ¿Realmente quieres terminar ese ciclo de pobreza? ¿Quieres salir adelante y no seguir en lo mismo? Esto se trata de a donde tú quieres llegar. Si realmente tienes el anhelo de salir adelante y tocas puertas, lo vas a cumplir. No es imposible. Es difícil. Pero no imposible”, finalizó.

Acostumbrada a los obstáculos, la joven inmigrante todavía se pregunta qué pudieron haber visto en ella para seleccionarla. Sin embargo, ese pensamiento no la detiene, más bien, la impulsa día a día.

Otras becas para ‘Soñadores’:

-El Fondo Nacional de Becas TheDream.Us: https://www.thedream.us/

-The Posse Foundation: https://www.possefoundation.org

¿Tienes alguna historia de tu comunidad que quieras denunciar o compartir con Samantha? Puedes escribirle un mensaje directo en su Facebook haciendo click aquí.

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