Helados ¿hasta dónde?: 7 razones por las que debes moderarte

• ¡Qué ricos están los helados! Pero… ¿Cuándo debes decir basta y moderarte?
• 7 razones por las que los helados perjudiciales son una realidad y tienes que ponerte un freno con esta delicia.
• ¿Hasta dónde y por qué demasiado helado es malo para ti?

El helado uno de los alimentos más buscados por chicos y grandes; es un postre que puede comerse en cualquier momento del día y en cualquier época del año. Pero también existe la realidad de los helados perjudiciales.

Lo puedes encontrar en los sabores más variados, dependiendo del lugar en el que te encuentres, y sus precios son generalmente accesibles, lo que lo hace uno de los postres más populares sin importar del lugar a donde vayas.

Además, tiene la capacidad de refrescarnos de las altas temperaturas propias del verano al tiempo que nos hace pasar un buen rato ya sea acompañados o por nuestra cuenta. Sin embargo, por mucho que amemos disfrutar de un buen helado, lo cierto es que no siempre es la mejor opción y eso nos puede llevar a buscar razones para moderar su consumo.

Helados perjudiciales: 7 razones para moderarte

1.-Porque son altos en azúcar

Hay una razón principal por la que los helados son el postre preferido de las personas: están hechos casi en su totalidad utilizando azúcar de todo tipo, dependiendo del sabor que elijas. Sabemos que este ingrediente no es precisamente el más saludable, y que el riesgo de sufrir enfermedades asociadas con las altas ingestas de azúcar, como la diabetes, se eleva cada vez que nos sobrepasamos con el consumo de este tipo de alimentos. De vez en cuando es bueno disfrutar un postre, pero recuerda pedirlo en porciones pequeñas y con los sabores más naturales que sea posible.

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Así es, cuanto más azúcar consumimos, más alimentos con este ingrediente nos pide nuestro cuerpo. Quizá nuestro cuerpo no requiera de los nutrientes que puede llegar a proporcionar, pero nuestro cerebro sí nos recuerda su delicioso sabor y a los momentos bonitos que pasamos cada vez que disfrutamos de un cono de vainilla, de fresa o del sabor que más nos guste.

3.-Por su alto contenido de grasas

Además del azúcar, el ingrediente base del helado son los lácteos. Una porción de helado contiene al menos 10 gramos de grasa, que irán aumentando dependiendo de la leche que se utilice, dependiendo de la marca y del sabor de tu preferencia. Por ejemplo, una porción de helado de chocolate te podría proporcionar hasta 17 gramos de grasa. Si deseas moderar el consumo de este alimento, quizá puedas recurrir a opciones más saludables, o a helados elaborados a base de agua, de forma que no dejes de disfrutar de lo que más te gusta.

4.-Porque contiene saborizantes artificiales y conservadores

Cada vez son más los sabores disponibles en las heladerías, y esto es porque los saborizantes artificiales ayudan a atraer a más personas y los conservadores hacen que los helados estén disponibles por más tiempo en las neveras.

5.-Porque no son tan nutritivos como aparentan

Aunque los helados contengan leche, en realidad no son una fuente de calcio tan importante, por lo que su aporte nutricional si bien no es nulo, quizá no es tan importante como alguna vez se pensó. Por supuesto, es importante moderarse, pero de vez en cuando puedes disfrutar sin culpas de este delicioso postre.

6.-Porque puede lastimar tus dientes

Dependiendo de tu edad, los helados pueden llegar a lastimar tu salud bucal. Si se consume de forma recurrente, puede llegar a ocasionar caries en los niños, pero si eres adulto tal vez llegues a sentir cierta sensibilidad al momento de disfrutar este alimento. Recuerda revisarte periódicamente para descartar cualquier padecimiento relacionado con el consumo de este postre.

7.-Porque tu economía te lo agradecerá

Si sacaras las cuentas de todos los helados que has comprado en el último mes, o año, probablemente te llevarás una gran sorpresa. Tal vez las razones anteriores no te motiven tanto como el cuidado de tu economía, pues no podrás negar que muchas veces un rico postre puede llegar a tener precios bastante elevados que nos plantearán la posibilidad de disminuir el número de veces que acudimos a una heladería.

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