Grupos armados amenazan con tomar las calles si no se declara un ganador el 3 de noviembre
- Cuerpos armados de extrema derecha amenazan con tomar las calles si no se declara un ganador este 3 de noviembre
- Georgia es uno de los estados más propensos a desarrollar disturbios postelectorales
- En Nueva York, la policía se está preparando para cualquier incidente tras las elecciones
Grupos armados de extrema derecha amenazaron con salir a las calles
este 3 de noviembre si no se anuncia un ganador en las elecciones presidenciales.
De acuerdo con Noticias Univision 34 Atlanta, el grupo Georgia Security Force Three Percent (Georgia III% Security Force), un cuerpo armado que se autodenomina patriota, aseguró que “si no se declara un ganador el 3 de noviembre, para el 4 habría una coalición de 400 organizaciones que en total tienen a alrededor de un millón de miembros, que saldrían a las calles al mediodía”.
Chris Hil, un miembro fundador del grupo armado indicó que “esperamos que el Presidente Trump lidere y haga lo que tenga que hacer en los próximos 4 años para restaurar la Constitución”.
Hill indicó que harían lo que fuera necesario para defender a EE.UU. de amenazas internas y externas. “Quieren destruir a nuestro país. Yo tomé juramento para defender a mi país contra ese tipo de basura, y lo voy a honrar”, dijo Hill.
El fundador del grupo armado indicó que aunque no estaba en sus planes tomar las calles el 3 de noviembre, si no se declaraba un ganador el escenario sería distinto el 4 de noviembre.
Hill resaltó que no solo tomarían las calles de Georgia, sino cualquier otro «estado donde sea necesario, puede ser Georgia o Washington DC”.
Especialistas indican que Georgia es uno de los estados con más probabilidades de desarrollar disturbios postelectorales.
En Nueva York, la policía se está preparando para cualquier incidente tras las elecciones, informó la agencia Efe.
El jefe del Departamento de la Policía de Nueva York, Terence Monahan, aseguró el lunes que el cuerpo de seguridad «está listo para responder a cualquier tipo de incidente» en los días posteriores a las elecciones de este martes en Estados Unidos.
Tanto personalidades políticas del Partido Republicano como del Demócrata han mostrado su temor de que se produzcan altercados tras la jornada electoral, y han acusado a sus contrincantes de no estar dispuestos a reconocer el resultado de las elecciones en las que el presidente Donald Trump, por detrás en las encuestas, busca su reelección.
Varias tiendas y edificios icónicos de Nueva York, como el Empire State Building, en el centro de Manhattan, han cubierto sus escaparates con tablones de madera por miedo a que se desaten protestas como las ocurridas a finales de mayo y principios de junio, cuando fueron saqueados decenas de negocios en el contexto de las protestas que estallaron para denunciar la violencia policial tras el asesinato de George Floyd.
Monahan agregó que el cuerpo de policía ha mejorado, desde entonces, su habilidad de recabar información así como la manera de responder contra este tipo de situaciones.
Asimismo, aseguró que han identificado a las personas que «quieren causar daño y destrucción» y que los están esperando.
El oficial también pidió a los manifestantes pacíficos que en caso de que haya protestas intenten evitar que se vuelvan violentas.
«Cuando veas que hay gente que intenta convertir la protesta en la que estás en violenta, diles que no van a tomar tu movimiento, que no hablan por ti», dijo Monahan, que agregó que si las cosas «empiezan a ponerse feas es el momento de irse».
«Si eres un manifestante pacífico sepárate de los que quieren causar daño y destrucción, nos haremos cargo de ellos», concluyó.
El temor en parte de EE.UU., y en concreto Texas, a una posible escalada de violencia en las calles si el aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, gana las elecciones de este martes es latente en el estado sureño, cuya población ha sido tradicionalmente amante de las armas.
Las leyes estatales permiten portar armamento de manera visible, una regla que a menudo aprovechan grupos que defienden a capa y espada la segunda enmienda de la Constitución estadounidense, que precisamente protege el derecho a la tenencia de armas, para exponer su arsenal sin problema en manifestaciones.
Este contexto y el hecho de que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, desplegará tropas de la Guardia Nacional en las grandes ciudades del estado vislumbran un panorama complicado en el día de las elecciones presidenciales y posteriores.
«Hay muchísimas colas de gente para comprar armas y munición, que dan la vuelta al bloque, y esto realmente me preocupa mucho. Vemos violencia por racismo, contra religiones minoritarias y el colectivo LGTBQI», comenta a Efe Dona Murphey, doctora en Neurociencia por el Colegio de Medicina de Baylor (Texas) y cofundadora del comité de acción política Doctors in Politics.
La realidad es que la ventas de armas, según datos del Sistema Nacional Instantáneo de Verificación de Antecedentes (NICS, en inglés) de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), han crecido exponencialmente en las semanas previas a las elecciones presidenciales: En octubre se realizaron 192.000 verificaciones de antecedentes de armas en el estado de Texas, un aumento sustancial de las 178.000 hechas en septiembre.
«No creo que aquellos que quieran ver un cambio en nuestra Presidencia sean los instigadores de violencia. Estoy preocupada de que grupos armados de extrema derecha en nuestras comunidades y en todo Estados Unidos no acepten perder (las elecciones)», analiza Murphey desde un suburbio de Houston (Texas).
Para ella, la idea de que una potencial transición de poder no sea pacífica está provocando «ansiedad» y lamenta que actualmente esto sea “una posibilidad real”.
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