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No dejes de mirarlo: verdadera fusión entre el lujo y la historia

Fusión entre el lujo y la historia: crear un lazo entre la arquitectura pasada y la actual es todo un desafío para la arquitectura.
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Fotos: Agencia Reforma / Video: MH
  • El predio 105 Francisco Sosa, en Coyoacán, tiene una larga historia.
  • El sitio está catalogado como Monumento Histórico de Coyoacán.
  • Crear un lazo entre la arquitectura pasada y la actual es un desafío.

El predio 105 Francisco Sosa, en Coyoacán, tiene una larga historia, desde haber sido hogar de monjas de la orden del Sagrado Corazón de Jesús, hasta el hallazgo de un basamento piramidal bajo una arista del patio central. Hoy, en ese terreno que tiene más de 10 mil metros cuadrados lucen tres de las 15 casas que se construirán y que son obra del arquitecto Antonio Farré, cual fusión entre el lujo y la historia.

Como el sitio está catalogado como Monumento Histórico de Coyoacán, la intervención es supervisada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el INBA. Farré reconoce que crear un lazo entre la arquitectura pasada y la actual es un desafío importante.

RECREANDO EL PASO DE LA HISTORIA

«No es fácil diseñar arquitectura cuando tienes una obra de tal magnitud de estilo colonial, con una fuerte carga de historia, me refiero a un equilibrio en cada espacio y con un contexto tan generoso al rededor de la naturaleza», indica.

«El reto era estar a la altura y con eso opté por el trazo de líneas limpias, volúmenes discretos pero potentes y materiales cálidos, pero contemporáneos. La idea no es que uno opaque al otro, sino que ambos se complementaran como el paso de la historia de una manera ordenada y congruente».

DISEÑO BALANCEADO

Expertos del INAH realizaron investigación y excavaciones para buscar pinturas murales, identificar los materiales y la fabricación del inmueble. Se determinó qué parte era del siglo 19, como un patio central, donde se halló el basamento piramidal.
Las residencias tienen acabados de lujo como madera de ingeniería de roble, tzalam o nogal; mármol, granito y diversos materiales naturales de canteras.

Para Farré, la clave para lograr un diseño arquitectónico que apuntara a lo moderno y rescatara lo tradicional fue respetar el pasado para enmarcarlo en el presente. «Quería aportar mi filosofía de la arquitectura que manejamos en el despacho, siendo así un libro que contara dos historias, pero estas al mismo tiempo se entrelazaran con factores en común».

CONVIVE EL ESTILO COLONIAL

El artífice retomó líneas, retículas y conceptos de diseño de la arquitectura colonial. «No tuve que voltear a otros lados, la arquitectura existente me dirigía a cada paso del diseño», precisa. Dado que conviven el estilo colonial, explica, desde los adoquines de la calle y los marcos de acero de las ventanas, con el actual, la arquitectura en este complejo es puramente ecléctica.

«Si pudiéramos darle un nombre al estilo del proyecto me gustaría llamarlo contrastante, así lo veo en cada detalle arquitectónico, ya que la carga de calidad en diseño que tiene el convento es inmensa y había que estar a la altura. El contraste tenía que ser fino, equilibrado y potente».

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