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Crónica: Deportado… y todo por la “pasión” del futbol

Deportado y todo por la “pasión” del futbol". Se armó el desmadre" gritó emocionado uno de los testigos que corría para ver mejor la trifulca.
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  • Crónica: Deportado… y todo por la “pasión” del futbol
  • Se armó el desmadre» gritó emocionado uno de los testigos que corría para ver mejor la trifulca.
  • La policía llegó al lugar en minutos y puso orden en la cancha al apresar al agresor y hospitalizar a la supuesta víctima.

Hace poco fui testigo de un acto de violencia por parte de un compañero de equipo.

Íbamos perdiendo 3-2 y, así que como habrán de imaginarse, los ánimos estaban calientes, en especial porque fue debido a un penalti que el árbitro pitó en contra nuestra, que estábamos en desventaja.

Queríamos empatar el partido a toda costa, pero daba la impresión de que la tripleta arbitral estaba aliado con los rivales.

Cada minuto que pasaba la frustración era notoria, tanto en los 11 que estábamos adentro de la cancha como en el grupo fiel (en su mayoría parejas e hijos de los jugadores), que cada fin de semana llega para echarnos porras.

El arbitro levantó su mano y mostró tres dedos. Ambos equipos entendimos que los minutos para empatar el juego eran limitados, así es que debíamos dar el todo por el todo.

Hasta yo como arquero salí de mi área, sin importarme la portería, pues consideré que afuera podía ser de más ayuda. Además, ya íbamos perdiendo de todas maneras, así que si caía el cuarto gol, en nada nos afectaría.

Sin embargo, pasó lo que suele suceder cuando hay tanta presión sobre un jugador. Uno de mis delanteros, al parecer, le cometió una falta al defensa rival.

Uno de los líneas no dudó en levantar su bandera, por lo que el árbitro central pitó en el acto.

Mi compañero comenzó a alegar que solo había utilizado el cuerpo, pero su argumento fue en vano y se ganó una tarjeta amarilla.

FOTO #1

Crónica: pasión futbol

Completamente enojado, el muchacho le recordó su mamá al línea, por lo cual el central le sacó de inmediato la tarjeta roja.

Tras ser expulsado, el muchacho caminó hacia el señor. No hacía falta ser adivino para saber sus intenciones.

Esos segundos fueron tensos. Dos de mis compañeros salieron tras él para tratar de contenerlo, pero llegaron tarde. Mi compañero le pegó un puñetazo al línea, que por su edad podía ser su padre. Muy mal de su parte…

De inmediato el árbitro dio por acabado el juego. La situación se estaba poniendo peor. Un par jugadores del equipo rival se enojaron por la acción del chamaco y se le querían ir encina.

Eso provocó la reacción de mis compañeros, por lo que estaba a punto de armarse una trifulca, mientras que el árbitro estaba a un costado atendiendo a su colega golpeado y el tercer línea con el celular en mano, asumo que llamando al 911.

“Hey te doy un consejo: ‘záfate’ (vete de aquí) ahora mismo sino quieres acabar en tu país, porque ya están llamando a la policía y te vas ir preso”, le dijo alguien de la banca al agresor, que ni lento ni perezoso agarró su maleta y se alejó del campo.

Al sujeto le fue relativamente bien, pues la persona responsable de la liga, a quien todos llamamos Carlitos de cariño, ya que es un hombre calmado y carismático, dijo que no habían acordado no denunciarlo, pero que no querían volver a ver a ese tipo nunca más en sus torneos.

Mi capitán estuvo de acuerdo y no volvió a invitarlo a jugar con nosotros.

FOTO #2

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Crónica: Deportado… y todo por la “pasión” del futbol

A quien no le fue nada bien fue a otro jugador en una cancha de la ciudad de Marietta (Georgia), que causó un altercado del que también fui testigo.

Un aficionado comenzó a insultar al jugador contrario que más dolores de cabeza de estaba dando a su equipo.

No contaba con que el jugador actuaría de una manera poco profesional, pues se supone que los que ninguno de los que estamos en la cancha debe prestar atención a lo que venga de las barras.

Pero no, este muchacho se salió del campo de una vez con sus manos apuñadas y con una cara de furia. De inmediato saqué mi celular y comencé a tomar fotografías.

FOTO #3

Crónica: pasión futbol

Uno de los jugadores trató de impedirlo, pero le advertí que no me podía quitar mi teléfono porque lo acusaría de robo y que soy miembro de la prensa, por lo cual tengo el derecho de documentar cualquier suceso que pase en la vía pública. Afortunadamente el sujeto no insistió.

“Se armó el desmadre”, escuché que gritó alguien entre la multitud. Lucía emocionado.

La pelea duró varios minutos. El jugador se comenzó a calmar hasta que vio que su contendiente estaba sangrando del rostro.

Para entonces ya era demasiado tarde. Ya alguien había llamado al 911 y un par de patrullas del condado de Cobb iban entrando al campo a alta velocidad.

FOTO #4

Crónica: pasión futbol

Tras interrogar a varios de los testigos, decidieron apresar al jugador por haber comenzado la riña, pues el otro solo se defendió de los golpes.

El sujeto fue encarcelado por la agresión y en la prisión, los agentes de Inmigración se dieron cuenta de su situación irregular en el país, por lo que fue colocado en proceso de deportación.

Hasta ahora desconozco la identidad del detenido y de la víctima que, por cierto, según lo que vi, fue el que dio lugar a la agresión con sus malos comentarios.

FOTO #5

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Pero estoy seguro de que ambos son padres, trabajadores que un día soñaron con llegar al norte para sacar adelante a sus familias.

Creo que nunca pensaron que acabarían uno en el hospital y el otro en la cárcel y todo por un bendito partido de fútbol, que al final de cuentas ni siquiera les deja lucro. Lástima que no pensaron en ello antes de meterse en semejante problema.

Gracias por leer mi columna. Hasta la próxima.

FOTO #6

Crónica: pasión futbol

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Crónica: pasión futbol

 

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