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Crónica: Cae por borracho “peligroso asesino” en plena calle

Crónica: Cae por borracho “peligroso asesino” en plena calle. Policía hispano lo capturó sin imaginarse de quién se trataba.
2020-08-17T13:18:15+00:00
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  • Crónica: Cae por borracho “peligroso asesino” en plena calle.
  • Policía lo capturó sin imaginarse de quién se trataba.
  • Así como José, en este país hay muchos criminales viviendo como que si nunca hicieron nada.

Un policía hispano de Georgia jamás se

imaginó que el muchacho sumiso al cual acababa de arrestar por manejar borracho era un “peligroso asesino”.

Se trata de José Manuel Villatoro Alvarenga, un salvadoreño de 29 años, quien cometió el terrible error de salir a las calles conduciendo a sabiendas de que había bebido más de la cuenta.

El oficial de la ciudad de Norcross, Benny Peña patrullaba la Buford Highway cuando vio que el auto que conducía José iba saliéndose de su carril.

De inmediato le prendió las luces para asegurarse de que todo estuviera bien con él, sin tener la mínima idea de lo que estaba a punto de encontrar.

En primer lugar, el centroamericano no contaba con una licencia valida para conducir y por si eso fuera poco, presentaba todos los síntomas de una persona intoxicada.

Crónica: Cae por borracho “peligroso asesino” en plena calle
Foto: Policía de Norcross

Para salir de dudas Peña le realizó las pruebas respectivas de DUI y no las superó, razón por la cual fue detenido en el acto.

Ya cuando estaba en su patrulla, el uniformado hizo una revisión de sus antecedentes y sorpresa, se enteró que el sujeto que tenía esposado en el asiento trasero de su patrulla no era un simple infractor de la ley de tránsito.

Cuando vio que José tenía una orden de arresto en El Salvador por asesinato y narcotráfico emitida por la Interpol su respiración se alteró.

Eso sí, se alegró de que ya estuviera sometido, pues por lo general los prófugos de la justicia siempre oponen resistencia al arresto o tratan de huir, pero afortunadamente este no fue el caso.

Crónica: Cae por borracho “peligroso asesino” en plena calle
Foto: Policía de Norcross

Desde el primer instante que José tuvo contacto con Peña se comportó de una manera cordial y educada. Acató cada una de sus indicaciones y hasta el momento en que fue esposado, actuó de una manera decente.

Al final, Villatoro Alvarenga fue recluido a la cárcel del condado de Gwinnett. En la puerta del precinto lo esperaban los agentes de Inmigración que están ansiosos para regresarlo a su tierra y pague así por sus fechorías.

Crónica borracho peligroso asesino
Crónica: Cae por borracho “peligroso asesino” en plena calle. Foto: José Alvarenga (Alguacil de Gwinnett)

Crónica: Cae por borracho “peligroso asesino” en plena calle

La historia de José me ha hecho pensar en cuántos extranjeros criminales estarán por ahí como que si no hubieran hecho nada.

A lo mejor son nuestros vecinos, amigos, compañeros de trabajo o “hermanos” en la fe en la iglesia. No se sabe realmente.

Así como no todo lo que brilla es oro, tampoco todo el que luce como piadoso lo es, pues las apariencias engañan.

Lo que sí es una realidad es que tarde o temprano el que la hace la paga. A veces con la justicia terrenal y otra solo con la divina, pero de que las consecuencias hay que enfrentarlas es un hecho.

La historia de José me hizo recordar la de otro señor, también salvadoreño, por cierto, que hace décadas se vino huyendo a Estados Unidos tras matar a un conocido en su país.

El partido de futbol estaba por comenzar y Silverio Acosta, de 46 años, se sentía el espectador más orgulloso ese día.

No es para menos, su hijo menor se encontraba entre los jugadores titulares que disputarían la gran final.

Acosta y su familia habían llegado temprano ese día, pues querían garantizarse un buen lugar en la gradería y así poder apreciar mejor los goles de su equipo favorito.

Seguramente planeaban gritar hasta donde su voz y gargantas se los permitieran. Lo que menos se imaginaron es que gritarían y llorarían, pero de dolor.

Frente a Acosta se paró de repente un sujeto de aspecto joven.

Saúl Castillo (Alguacil de Hall)

“¿Te acuerdas de mí?”, le preguntó el desconocido… Mientras que Acosta lo veía minuciosamente para tratar de recordarse y así poderle dar una respuesta favorable.

Sin embargo, el individuo decidió no esperar su respuesta, ya que, acto seguido, desenfundó un arma y le disparó a quemarropa varias veces.

Una de las balas le pegó en el rostro, la otra en el pecho y, por último, le dieron un tiro de gracia en la cabeza, el cual le causó la muerte de inmediato, de acuerdo con los reportes policiales.

Ante el estruendo de las detonaciones los jugadores y aficionados entraron en pánico y comenzaron a correr despavoridos para prevenir ser alcanzados por las balas.

El asesino trató de aprovechar ese alboroto para darse a la fuga, pero, para su mala suerte, en la cancha ese día había un par de policías cerca precisamente para garantizar la seguridad del partido.

Crónica: Cae por borracho “peligroso asesino” en plena calle

Saúl Castillo apenas había guardado su pistola para tratar de perderse entre la multitud, cuando ya estaba rodeado y con dos armas apuntándole.

Tras ser interrogado por los detectives, Castillo hizo algo que muy pocos asesinos se atreven: confesó que el crimen fue un ajuste de cuentas.

El hombre le dijo a los investigadores que Acosta se las debía, ya que tres décadas atrás, cuando él era solo un niño, presenció cuando este mató a machetazos a su padre.

Ese brutal crimen al parecer fue cometido por Acosta en su natal El Salvador y todo indica que para evadir a la justicia se vino de inmediato huyendo a Estados Unidos.

Castillo juró ese día que vengaría la muerte de su progenitor. Un día se enteró de que estaba viviendo en Georgia y decidió emigrar solo para cobrar venganza.

Obtuvo su ubicación en Gainesville, por lo cual Saúl Castillo se armó y le montó vigilancia a la espera del “momento perfecto”.

Consideró que no había nada mejor que repetir la historia y, de esa manera pagaría ojo por ojo y diente por diente, lo que, sin duda, acabaría con todo el odio que había acumulado a lo largo de estos años.

Por ello, optó por abordarlo en un parque, donde estaba rodeado de sus hijos. Lo que no consideró es que sería atrapado infraganti.

Debido al crimen del supuesto asesino de su papá, el salvadoreño pasará el resto de su vida tras las rejas ya fue declarado culpable del asesinato.

Saúl Castillo (Alguacil de Hall)

Al jurado le tomó solo una hora declarar a Castillo culpable de asesinato premeditado.

Familiares de la víctima dijeron durante la audiencia que desconocían su pasado cuando fueron interrogados sobre el supuesto asesinato en El Salvador.

Hasta ahora, Castillo continúa recalcando que él es la verdadera víctima en este caso. Pero nadie lo vio así porque es ilegal tomar la justicia por sus propias manos.

“Él había pedido una sentencia justa y se le dio, porque cuando fue a atacar al señor Silverio Acosta, no tuvo misericordia”, afirmó Kelley Robertson, asistente del fiscal de Distrito.

Los hijos de Acosta señalaron que desde ese día han sufrido mucho emocionalmente por la ausencia de su padre y por haber presenciado ese cruel momento. De hecho, una de sus hijas de terminó bañada en sangre cuando trató de auxiliar a su padre.

Terrible historia de venganza. Parece que la ley del talión todavía está vigente para algunas personas como Castillo.

Castillo ha dicho que no le importa morir en prisión, pero que lo hará tranquilo porque el sujeto que le arruinó su infancia ya ha pagado por eso.

La pregunta del millón que quiero hacerles a ustedes, mis fieles lectores, es: ¿Creen que en casos como estos se vale tomar la justicia por sus propias manos? Por favor déjame saber qué opinas.

Muchas gracias por leer mi crónica de hoy en MundoHispánico. Hasta la próxima.

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