Científicos encuentran clavos relacionados con la crucifixión de Cristo
- Científicos encuentran clavos relacionados con la crucifixión de Cristo
- «Creo que la evidencia científica de que los clavos se usaron para crucificar a alguien es realmente poderosa»
- «La arqueología, la epigrafía, la estadística y, ahora, la evidencia química cuentan la misma historia»
Científicos encuentran clavos relacionados
con la crucifixión de Cristo. De acuerdo con la nueva información los clavos que se creen se utilizaron en la crucifixión de Cristo tienen madera antigua y fragmentos de hueso.
La primera vez que se tuvo conocimiento de estos clavos fue gracias a una excavación en 1990 de un cementerio de Caifás, el supuesto sacerdote que organizó un complot para matar a Jesús, según el Nuevo Testamento.
De acuerdo con New York Post, los clavos desaparecieron misteriosamente hasta que Simcha Jacobovici, un cineasta de origen israelí dijo encontrarlos en un documental llamado «Clavos de la cruz». Algunas personas describieron el hallazgo como un truco publicitario para su documental.
En un principio se negó que dichos clavos fueran los encontrados en la excavación de 1990, sin embargo, un reciente estudio hecho por un geólogo de Jerusalén, Aryeh Shimron, señaló que los clavos fueron los encontrados en la excavación y que efectivamente pudieron ser usados para crucificar a alguien.
Aryeh Shimron dijo: «Dentro del óxido y el sedimento adherido a los clavos, también identificamos y fotografiamos una serie de fragmentos microscópicos de hueso».
«Creo que la evidencia científica de que los clavos se usaron para crucificar a alguien es realmente poderosa», agregó el mencionado geólogo, de acuerdo con New York Post.
De ser cierto, aumentaría las posibilidades de haber encontrado la tumba original donde descansan los restos de Jesús de Nazaret y su familia de acuerdo con PRNewswire.
Los clavos fueron encontrados en un «osario» o caja de huesos que tenía la frase: «Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús». La mencionada tumba tenía varios «osarios» con inscripciones relacionadas con la familia de Jesús de Nazaret, de acuerdo con el mismo medio.
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A pesar de que los nombres inscritos en los «osarios» encontrados en apartamentos en Talpiot eran muy comunes en Jerusalén en aquella época, el grupo de nombre en su conjunto es muy conveniente estadísticamente, de acuerdo con PRNewswire.
«Creo que tengo una evidencia muy poderosa, prácticamente inequívoca de que el osario de Jacobo pasó la mayor parte de su vida, o el momento de la muerte, en la tumba de Talpiot», dijo el geólogo que hizo el descubrimiento, Aryeh Shimron para el New York Times.
También señaló que en el año 363 D.C. un terremoto probablemente inundó la tumba de Talpiot con una mezcla de suelo rendzina y lodo que parecen haber detenido la descomposición de los materiales.
Lo anterior permitió que una huella geoquímica se mantuviera y poder realizar un posterior análisis hecho por el geólogo, a pesar de que hayan transcurrido 1,652 años.
En la antigüedad familias de altos recursos solían almacenar los huesos de los difuntos en tumbas excavadas en la «piedra caliza suave que rodea a Jerusalén», de acuerdo con PRNewswire.
Hace algunas semanas el geólogo tuvo acceso al «osario de Jacobo», propiedad de Obed Golan un ingeniero y coleccionista de antigüedades, para realizar diversos estudios que compararon un total de cien muestras obtenidas por Aryeh Shimron.
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Los hallazgos de Shimron señalaron que nueve de las cien muestras obtenidas presentaron perfiles geoquímicos relacionados, estos perfiles incluían materiales tales como magnesio, silicio y hierro de acuerdo con un informe de PRNewswire.
Lo anterior representa una confirmación rigurosa y confiable de un estudio diferente realizado en 2006 por el cineasta Simcha Jacobovici sobre «pátinas de osario» que fue incorporado al documental realizado en 2007 que se titula «La tumba perdida de Jesús» mismo que fue producido por el director, guionista, productor de cine, editor de cine, ingeniero, filántropo y explorador marino canadiense James Cameron.
El mencionado documental señala que, con base a los osarios encontrados con nombres de familiares de Jesús de Nazaret, además de la evidencia de geólogos y eruditos, la tumba donde supuestamente descansan los restos de Jesús de Nazaret es la encontrada en Talpiot, un barrio situado en el sudeste de Jerusalén y que fue fundado en 1922.
El coleccionista de antigüedades Obed Golan, inició nuevamente la discusión sobre el origen y la autenticidad del «osario de Jacobo».
De acuerdo con el mismo medio, en 2004, Obed Golan fue detenido y acusado de falsificar la última parte de la inscripción en el osario que decía: «hermano de Jesús» poniendo en duda la autenticidad del mencionado osario.
En 2012, tras un largo juicio fue declarado inocente por un juez del distrito de Jerusalén y se le devolvió el mencionado osario al ser de su propiedad.
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Lo anterior gracias a que un experto internacional en pátina antigua, llamado Wolfgang Krumbein, testificara que toda la inscripción del osario propiedad de Obed Golan era auténtica.
Aún no se sabe cómo fue que el osario de Obed Golan llegó a su poder, el geólogo Shimron señala que pudo ser sacado de la tumba de Talpiot en algún punto y terminó en la colección de Obed.
El informe de PRNewswire señala también que algunos expertos dicen que el grupo de nombres pertenecientes al Nuevo Testamente en la mencionada tumba de Talpiot son demasiado notables como para ser un evento al azar o coincidencia.
Un profesor de estadística en la Universidad de Toronto de nombre Andrey Feuerverger, en 2007, concluyó que la posibilidad de que el grupo de nombres pertenecieran a la familia bíblica era muy alta, incluso dijo que era poco probable que no se tratara de la mencionada familia bíblica.
El documental señala que la posibilidad de que no se trate de la Tumba original de Jesús De Nazaret es de una entre 600, lo que representa más del 99 por ciento de probabilidad, de acuerdo con PRNewswire.
Estos nuevos hallazgos de relacionados con el «osario de Jacobo» y la tumba de Talpiot hechos por Aryeh Shimron reducen aún más la posibilidad ya de por sí baja, de que no se trate de la tumba original de Jesús De Nazaret.
«La arqueología, la epigrafía, la estadística y, ahora, la evidencia química todo cuenta la misma historia. Podría decirse que es el hallazgo arqueológico más importante de todos los tiempos.», dijo Jacobovici.
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