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Carlitos Tévez, el lobo que Boca Juniors necesita en su bosque

Carlitos Tévez es un grande que pasó por todo en la vida y ha hecho historia en el mundo del fútbol internacional. Hoy, está a pocos días de un Clásico.
2018-11-14T16:46:35+00:00
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Personalmente me identifico con Carlitos Tévez. Desde sus inicios me gustó su forma de jugar. Técnico, encarador, fuerte, peleador y luchador. Quizá cómo muchos. O quizá cómo muy pocos. Tiene sangre caliente para jugar fútbol.  Y yo lo entiendo. Yo era uno de los que “mataba” por recuperar o ganar una pelota.

Argentina, Brasil, Inglaterra e Italia gozaron de las buenas características del “Apache”. Se rompió el alma en cada equipo. Ganador. Triunfador. En la Liga China, a dónde nunca debió ir, no encajó. Por las costumbres, por el idioma, por el fútbol. Todo debe ser diferente. Después de ocho meses tuvo que volver a su Boca de toda la vida.

Guillermo Barros Schelotto, ya con un equipo armado no le encontró lugar en la oncena titular. Pero sí era pieza de recambio. Por la decisión del “Mellizo”, nunca reclamó. Nunca salió a decir que tenía que jugar. Es más, al volver ni siquiera pidió la 10. Se la dejó al colombiano Cardona. Detalle que lo hizo más grande a Carlitos Tévez. Por eso la gente lo quiere. Yo soy uno de ellos. “Yo seguiré usando la 32”, había dicho en su momento.

 

Algo más: los goles de sus compañeros lo celebra como si fueran de él. Grande entre los grandes, Carlos Alberto Tévez.

La sangre hirviendo para jugar lo volvió a demostrar en el último Clásico. Uno de los partidos más especiales para Tévez y para toda la gente de Boca Juniors.

Un 2-2 que sobre los minutos finales pude ser triunfo para los “Xeneise”. Se la perdió Benetto, que tras recibir un sensacional pase del “Apache”, no pudo vencer la resistencia de Armani.

Y no solo eso tuvo el 32 de la “Azul y Oro”. Entró con unas ganas de ganarlo todo. Tal cómo se lo había pedido el otro “Mellizo” Gustavo diciéndole: “Metela”.

A la cancha. El “Apache” entró furioso. Se sintió el rey de la selva. Ahí donde los leones mandan y hacen lo que mejor les parezca. Tuvo la pelota. La pasó bien. Tiró al arco. Marcó, quitó y hasta puso jugada de gol. Esa chance de Benetto normalmente, pero así son los goleadores. Unas son de cal y otras son arena.

En el cierre del partido, los jugadores de Boca se retiraban con la cabeza enterrada. De pronto, asoma un enfurecido Carlitos para decirles: “por la c… de su madre, levanten la cabeza carajo. Con la cabeza arriba nos tienen que ver. Todavía no estamos muertos, la p… que los parió”.

Fortísima las arengas de Carlitos. Pero nada de qué sorprenderse. Esto sirve y vale dentro del grupo. Lo digo yo que era mi costumbre arengar a mis compañeros de equipo con “ajos y cebollas”.

Carlos Alberto Tévez pasó de todo en la vida. El amor de su Madre cruzó por su vida como una bala perdida. La Mamá lo abandonó cuando él era muy niño. Su hermano, preso. Desde que nació estuvo rodeado de muchas cosas malas. Bien hubiera podido escoger el mal camino y convertirse en un vil delincuente.

 

Además, por lo que pasó, tranquilamente hubiera podido despreciar a la vida. Pero él quiso que todo sea diferente. Hoy, está a pocos días de ser partícipe de un Clásico. Un partido histórico, tal vez de los últimos para Carlitos. Y, como tal, no me cabe la menor duda que lo quiere ganar.

Por lo que hizo en la primera final, muchos lo quieren desde el arranque.  Ya puso a pensar al comando técnico. Sí  es Tevez o sí es Benetto. Dudas para los “Mellizos”.

En fin. Lo que decida el comando técnico estará bien para Carlitos. Eso sí, si comienza o ingresa, lo veremos con las ganas del sábado 10 en la Bombonera. Como un León que manda en la selva.

 

Contenido generado por thefutboltimes.com 

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