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El arte de elegir tus batallas: 10 maneras de saber cuándo es hora de ser firme

Todo mundo tiene alguna batalla durante el desarrollo del día, pero es una gran ayuda que no se tengan que librar cada una de estas (...)
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Pierde, gana, y a veces llega a un acuerdo. La vida es una serie de compromisos, ya sea una discusión con tu esposo sobre las vacaciones, un argumento con tus hijos sobre la hora de dormir, o uno con tu jefe sobre el último proyecto. A todos nos encanta ganar una batalla, pero no a costa del orgullo de alguien más. Es mejor encontrar algo con lo que ambas partes se sientan como ganadoras. Recuerda las palabras del filósofo chino Sun Tzu: “Aquel que sabe cuándo puede pelear y cuándo no, será victorioso.”

Saber cuándo ser firme y cuándo ceder es un don. Empieza buscando ceder antes que la victoria. Es difícil para quienes son competitivos, pero es la única manera de asegurar que todos terminen satisfechos. ¿No sabes cómo hacerlo? ¿No sabes elegir tus batallas? Mira nuestra lista de 10 maneras de saber cuándo respirar profundo y permanecer firme.

1. Seguridad primero

Una pareja teniendo un problema
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Sé siempre firme cuando elijas tus peleas en cuestiones de salud o seguridad, ya sea la de alguien más o la tuya.

2. ¿Importará en el futuro la batalla?

Tu hija se va de la casa con maquillaje gótico y tu hijo se hace una perforación en la ceja. Gritar no ayudará, pero morderte la lengua podría hacerlo. En un año, cinco años, diez, ¿sus elecciones de estilo importarán? La respuesta es, probablemente no. Insiste en la higiene y limpieza e intenta enfocarte en las cosas que realmente importan, como con quién están pasando su tiempo, qué leen y qué ven en internet.

3. ¿Estás dejando que tu orgullo se entrometa?

Un matrimonio que está enfrentando un problema
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El orgullo es un buen barómetro de cómo uno debería comportarse ante un desacuerdo. Obsérvate y ve si lo que te está guiando es tu deseo de ganar. La próxima vez pregúntate: “¿estoy en lo correcto o es mi orgullo intentando ganar?”

4. ¿Hay una mejor alternativa para el problema?

No hagas presión si no tienes una mejor solución. Puedes elegir tus batallas sabiendo cuándo dejar a alguien con más información guiar en ese asunto.

5. ¿Es una batalla que puedes ganar?

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¿Realmente tu esposo va a renunciar a pasar Acción de Gracias con la familia para irse a una escapada romántica? Probablemente ya sabes la respuesta.

6. Conoce tus prioridades

El estado del cuarto de tu hijo podría causar discusiones, pero él es el que tiene que vivir con él, no tú. Puedes cerrar la puerta, confiar en que un día se arreglará y pasar tu tiempo con tus propios pendientes.

7. Practica la empatía

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Para elegir sabiamente tus peleas tienes que escuchar a la otra persona. Dale la oportunidad de establecer su opinión, di la tuya, y trabajen para llegar a un acuerdo.

8. ¿Estás motivada por el poder?

Hay personas competitivas que TIENEN que dominar y disfrutan haciéndolo. Si la meta última es mostrar que tú eres la que está a cargo, empieza a darte cuenta y haz lo que puedas por mejorar.

9. ¿Tus valores están formando parte del problema?

Casados enojados por un problema
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No pidas perdón por actuar en base a los principios en los que crees.

10. ¿Estás alzando la voz por alguien que no puede hacerlo?

Es importante alzar la voz por los derechos de los demás. Los niños, los ancianos y los discapacitados necesitan personas que los defiendan, y nunca está mal hacerlo.

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