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Alexander nos necesita. Niño hondureño quiere borrar las huellas que un incendio le dejó

Médicos le dan esperanzas, pero este niño hondureño Alexander necesita mucha ayuda financiera en EE.UU. para mejorar su calidad de vida
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  • Alexander, un niño hondureño sobreviviente de un incendio, necesita de tu ayuda
  • Vino a EE. UU. para rehabilitar su cuerpo lacerado y requiere fondos para el tratamiento
  • Médicos le dan muchas esperanzas, pero necesita de mucha ayuda financiera para mejorar su calidad de vida

A sus 10 años de edad, el niño hondureño Alexander Rivera Mejía ha sufrido dolores físicos y emocionales inenarrables, males que muchos adultos no han experimentado en toda una vida.

Alexander es un sobreviviente.

Su pequeño cuerpo ha sido lacerado con graves quemaduras por el incendio de su casa en su pueblo natal, La Ceiba, Honduras, donde, a causa de las llamas,  fallecieron su madre y su hermana de 12 años.

Hoy, Alexander espera que se le practiquen en un hospital de Boston las operaciones de cirugía reconstructiva que le permitan recuperar el movimiento de sus miembros.

Niño hondureño Alexander
Mundo Hispánico

Para ello, requiere el apoyo económico de la comunidad hispana, y con ese propósito The Harvest Ministry, una organización sin fines de lucro que promueve misiones humanitarias en todo el orbe, ha abierto una cuenta en línea.

Mundo Hispánico, al dar a conocer la historia de este valiente niño hondureño, exhortó a la comunidad hispana para colaborar a la recuperación de Alexander, como ya ha ocurrido con la niña Esther Pedraza, a quien la comunidad hispana ha apoyado a través de Mundo Hispánico.

El hospital donde Alexander continuará su recuperación es el Shriners Hospitals for Children, de Boston, MA., una institución de atención quirúrgica especializada que figura entre los principales nosocomios del mundo en el tratamiento de niños con quemaduras.

El hospital, se escribe en su portal, es pionero en la atención de quemaduras agudas y reconstructivas desde que comenzó sus actividades en 1960, así como en el uso de tecnología láser para la atención de cicatrices.

Su equipo multidisciplinario incluye a cirujanos especialistas en trauma y quemaduras, cirujanos plásticos especialistas en cirugía reconstructiva; anestesiólogos, enfermeras, enfermeras asistentes, psiquiatras y psicólogos, nutricionistas y protesistas, entre otros, para optimizar los resultados cosméticos y funcionales para sus pacientes.

Niño hondureño Alexander
Mundo Hispánico

La tragedia de Alexander data de mayo de 2018, cuando él y su madre y su hermana dormían en su casa en el poblado La Ceiba, Honduras. El humo les despertó y al incorporarse vieron cómo el fuego consumía la vivienda.

Intentaron salir, pero las puertas estaban bloqueadas. En cuestión de minutos la estructura fue calcinada y su madre y su hermana murieron.

Los bomberos combatieron el incendio y, al cabo, consiguieron entrar en la casa. Adentro, hallaron los cuerpos inermes de la madre de Alexander y la hermana de éste, una niña de 12 años, y a él, agonizante.

Alexander, con su voz infantil, revive la tragedia: “Nosotros estábamos durmiendo, entonces mi madre se levantó: ´Hijo, hijo, levántese, que estamos agarrando fuego´, pero asustada. Mi hermana se levantó, asustada ligeramente. Entonces, le pregunte a mi mamá: Mami ¿dónde están las llaves?, para ir a abrir, para que saliéramos…”.

Alexander recuerda que se despertó en medio de los intentos de los paramédicos por revivirle. Dice que los miró y escuchó por algunos segundos antes de volver a caer en la inconsciencia.

Niño hondureño Alexander
Mundo Hispánico

Cuando finalmente abrió los ojos unos días después, Alexander ya se encontraba en un hospital de su país completamente vendado y sedado, pero él dice que experimentaba un dolor terrible.

Alexander nos necesita. Niño hondureño quiere borrar las huellas que un incendio le dejó

Cuando Alexander preguntó sobre lo qué había sucedido esa noche, se dio cuenta de que en adelante su mundo sería completamente diferente. Su abuela, Leydi Duarte, contó cómo el pequeño lloraba desconsolado ante esta nueva realidad.

La señora hizo cuanto pudo para tratar de devolver a Alexander la esperanza, aunque al principio todo fue duro para ella. Semanas después, cuando el niño dio muestras de recuperación, la noticia sorprendió a todos.

La señora Duarte comenzó, en Honduras, a buscar alternativas para la rehabilitación de Alexander, pero se dio cuenta de que esa sería una larga batalla, pues las opciones de tratamiento son nulas en su país, al menos para familias de escasos recursos, como en su caso.

Niño hondureño Alexander
Mundo Hispánico

Ella piensa que Dios no permite cargas más grandes de las que alguien pueda soportar, y esa convicción la mantuvo firme todo el tiempo ayudando a Alexander.

Aunque toda puerta que tocaba se le cerraba, la abnegada abuelita y su valiente nieto no se dieron por vencidos y gracias a ello vieron una luz al final del túnel.

Por razones humanitarias, la embajada de Estados Unidos en Honduras, con sede en Tegucigalpa, les concedió a ambos una visa humanitaria para que viajaran a Estados Unidos a explorar las posibilidades de un tratamiento.

Alexander nos necesita. Niño hondureño quiere borrar las huellas que un incendio le dejó

Gracias a donativos de la iglesia donde se congregaban semanalmente y hasta de desconocidos pudieron reunir el dinero para los pasajes aéreos.

Averiguaron que en Boston hay un centro médico especializado en atención a personas con quemaduras y una vez en Estados Unidos el chico recibió el tratamiento.

Alexander es apto para cursar cirugías reconstructivas que le permitirán la movilidad de sus miembros, pues la contracción de la piel no lo permite. Su principal sueño es convertirse en médico, pues se ha dado cuenta de cómo ellos le pueden hacer la vida menos difícil a las personas.

Leydi tiene un sueño: en tanto que ella y su nieto atravesaban esa situación y se sintieron tan solos, ha deseado organizar una fundación, que llamaría Alexander, para ayudar a personas que cursen tragedias similares.

Ello, porque se ha dado cuenta que hay muchas personas con quemaduras como las sufridas por su nieto. Necesita recursos, pero confía en Dios y la solidaridad de la gente.

Mientras tanto, requiere apoyo para el niño hondureño Alexander. Ojalá la comunidad hispana en Atlanta, que ha hallado tantos signos de unión y motivos de identidad en un país que no es el propio, contribuya también a los recursos económicos que permitirán a este valiente niño hondureño continuar con su rehabilitación.

Las perspectivas de que lo logre, desde el plano médico, son ciertas. Alexander requiere de la solidaridad y generosidad de la gente para concretar sus metas. Ayudémosle.

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